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Mostrando entradas de julio, 2021

Solo un beso tuyo por Isabel Vásquez

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    Esa noche caminamos juntos cerca del mar, y el solo imaginar que la brisa rozaba mi piel junto a la tuya, me sumergía en un gozo profundo. Estabas tan guapo, como siempre, la sonrisa encantadora y esa mirada me desnudaba el alma, y yo, yo correspondía en cada uno de los momentos. La noche no fue ajena a la provocación, confieso que de algún modo, te seduje, sabía que era tu musa, te atraía desde la primera vez que me viste. Entre la brisa del mar, tu mirada seductora y mis ansias de ti, me robaste un beso, pero fue más que eso, me robaste el alma, el latido y la razón, porque desde aquel día, sólo un beso tuyo me basta para ser feliz. Ese beso dio calor al invierno, desterrándolo del calendario, al roce de tus labios hacía revivir lo caduco en la más bella primavera. Ese beso robado es lo mejor que me han quitado porque a cambio me llenaste de dicha. Ojalá, hubiesen más ladrones siendo tú, capaces de despertar amores en mujeres

El brindis por Laura Mir

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  La puta puerta se volvió atascar, intentó empujar una de las hojas hacia el centro, tanto sistema de seguridad, y nada, no se movió un milímetro; había que pagar en comodidad. Miró al techo, la luz mortecina del foco tembló por un instante compadeciéndola, ella maldijo a todas las madres abnegadas del universo, cogió la pesada maleta a pulso, empujó con el hombro la puerta metálica del ascensor y se resignó a subir las siete plantas a pie hasta su apartamento. Eso no era nada, llevaba ocho mil kilómetros de vuelo, a un malnacido poco complaciente que intentó ponerla a prueba, pero ella con una sonrisa se vengó escupiéndole en el tercer whisky con hielo que le sirvió, y claro, con la mirada de: Para pocas hostias estoy , se la bebió con disimulado deleite. Necesitaba toda el agua de un diluvio para quitarse de encima tanto cansancio por estupidez. Casi se ahoga entre el sexto y el séptimo, y a punto estuvo de tirar escaleras abajo de una patada el equipaje. Por fin abrió la puer

Loky y su Ondina por José Mejías - Primer puesto concurso Escritores Universales

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       Loky era un joven que vivía en un sanatorio mental, él era un tipo fuera de lo común, tenía la convicción de que podía comunicarse con lo inerte, y además, habían entes que lo perseguían, estaba demasiado apegado a las historias griegas narradas en sus libros, pasaba días encerrado a solas leyendo grandes historias; tenía la certeza de que eran reales, estaba fuertemente atraído por las referidas a las ondinas, esos seres mitológicos de belleza extraordinaria y con encantos de doncella, según la mitología griega eran los guardianas de las aguas. Loky estaba convencido de que un día encontraría a su amada Ondina.      Una tarde, cuando el sol daba sus últimas radiaciones, él paseaba por un extenso jardín de flores coloridas y muy perfumadas, caminaba y se iba introduciendo en las hojas de un libro, tan abstraído estaba que se equivocó de camino y al darse cuenta de su error, el joven Loky quiso regresar, pero le fue imposible porque al dirigirse sobre sus pasos, se encontró con